viernes, 5 de enero de 2018

"Los vecinos de Vadorrey nos sentimos ninguneados, ofendidos y olvidados"

El barrio amplía su lista de asuntos pendientes, en la que se encuentra la eliminación de una línea de alta tensión, el arreglo de un parque infantil o la construcción de un centro de día.


El incendio que se produjo el pasado mes de diciembre en El Burgo de Ebro a causa del desplome de un cable correspondiente al trazado de la luz ha vuelto a hacer saltar las alarmas en VadorreyLos vecinos del barrio llevan más de 30 años reclamando que se retire una línea de alta tensión que actualmente pasa por encima del parque situado en la calle de Antonio Royo, junto a las paradas de los autobuses 39 y 50, y que por tanto pone en peligro su seguridad.
El problema, cuenta Pablo Polo, secretario de la asociación vecinal del barrio, nació con la urbanización de la zona, ya que “el transformador se encuentra próximo a las vías de ferrocarril y de él se tomó corriente para construir la propia urbanización”. Cuando se decidió levantar allí un parque la línea permaneció en su sitio, pero los vecinos no tardaron en advertir del peligro que suponía el crecimiento del arbolado debajo de la línea de alta tensión. La respuesta municipal fue señalar que “lo que sobraba no era la línea, sino los árboles, así que procedieron a su tala”, lamenta Polo.
La asociación de Vadorrey recuerda que son más de 20 las reclamaciones que han puesto para que se elimine la línea, ya que además tiene un escaso recorrido de unos 130 metros. “No hemos dejado de redactar escritos dirigidos a la Junta de Distrito y a la alcaldía, y hemos mantenido reuniones con el gerente de Urbanismo Miguel Ángel Abadía”, explican desde el colectivo vecinal. Aseguran que todos asumen que es peligroso, “que incumple la normativa de las líneas de alta tensión en España y que tendría que desaparecer, pero sigue estando ahí y dicen que va para largo”.
La sensación de “hartazgo” está aumentando entre los vecinos, quienes sostienen que “estamos bastante olvidados por esta corporación municipal”. Aunque son conscientes de que la presencia de tormentas eléctricas que puedan causar daños tiene una escasa probabilidad “y que haya un hombre debajo todavía es más complicado, porque en los momentos de tormenta lógicamente tendemos a protegernos”, dicen que no deja de ser “un peligro latente y de vez en cuando es verdad que esas circunstancias se producen, por lo que no nos agrada”.
Polo añade como ejemplo del abandono que sufre Vadorrey la situación del parque de las Garzas, en el que se instaló un sistema de iluminación de placas solares encima de las farolas. Debido a la sedimentación de polvo acumulada y a la suciedad generada por los pájaros que se posaban encima, la solución del Consistorio fue eliminar los paneles y sustituir las farolas por otras. “El rendimiento de las farolas era pésimo pero por la falta de limpieza, así que ahora nos han colocado otro sistema de iluminación y el tendido eléctrico es aéreo, una línea de las que ya no hay en Zaragoza, argumenta el portavoz vecinal.
Los habitantes de Vadorrey también dicen sentirse “ninguneados y ofendidos” respecto al arreglo de una zona infantil del barrio. Los columpios viejos se han retirado igual que los bancos, pero han sido amontonados en el propio parque y llevan allí cuatro meses. “Hay más promesas incumplidas en el distrito del Rabal, como la ampliación de las piscinas de La Jota”, recuerda Polo, quien también señala que en Vadorrey el Ayuntamiento decidió instalar un potrero en un solar de la calle de Carmelo Betoré en el que estaba proyectada la construcción de un centro de día.
“Para compensar las protestas que estábamos haciendo en contra del potrero han transformado la zona infantil que había detrás y la han acondicionado perfectamente en diez días”, explican los vecinos, por eso se preguntan cómo es posible que unas reformas tarden tan poco tiempo en acometerse y cómo otras mucho más demandadas “siguen paralizadas y generando malestar entre los habitantes del barrio”.
Desde la asociación vecinal de Vadorrey están redactando un escrito dirigido a Lola Ranera, presidenta de la Junta de Distrito del Rabal, en el que indican que “esta situación no la podemos aguantar”, ya que tanto Ranera como desde el servicio de Parques y Jardines se comprometieron a acondicionar “de inmediato”, insiste Polo, el parque infantil, y “llevamos ya cuatro meses de burla que no pensamos consentir más”.